En este estudio investigaron la relación entre el desarrollo del lóbulo frontal y el "conocimiento visual" de los bebés, lo que llaman "la permanencia del objeto" (object permanence), es decir, la habilidad de entender que los objetos no desaparecen del mundo cuando ya no están a la vista, algo que normalmente se desarrolla en el primer año de vida.
Los investigadores argumetaron que el lóbulo frontal interviene particularmente en el desarrollo de esta habilidad, pero el problema es que ellos no pueden colocar fácilmente a un bebé en un escaner cerebral convencional para comprobar esta idea, ya que el bebé no deja de moverse.
Así el estudio de Portman utiliza un método relativamente nuevo para medir la función cerebral llamado espectroscopia cercana al Infrarrojo
Básicamente esta tecnología se basa en que la luz cercana al infrarrojo puede penetrar el cráneo, y que la sangre que lleva oxígeno y la sangre que suelta oxígeno absorbe la luz de diferente manera.
La idea es que el aparato proyecta luz al lóbulo frontal y se puede ver cómo funciona ese área cuanto más rico en oxigeno es, por tanto cuanto más activada o desarrollada está.
La ventaja es que esta tecnológia es segura para los niños, y con "un sombrero de alta tecnología" les permite comprobar todo esto aunque ellos se muevan.
Durante el estudio, se les mostraba a 20 niños un juguete que luego se escondía debajo de la ropa. Los niños con "permanencia del objeto" desarrollada, que sabían que el juguete no desaparecía, lo buscaban debajo de la ropa. Sin embargo, los niños que no tenían esta habilidad desarrollada, ignoraban el juguete al esconderlo y no lo buscaban, porque se olvidaban de él.
Esto se evaluó durante 4 semanas en la edad de 5 a 12 meses en los bebés, para ver lo que cambiaba en el cerebro cuando esta habilidad surgía. Los investigadores compararon la absorción de la luz infraroja entre el momento en el cual los niños buscaban el juguete y cuando se olvidaban de él al quitárselo de su vista. El equipo descubrió que el lóbulo frontal de repente se activaba cuando los niños desarrollaban el conocimiento de que los objetos escondidos siguen existiendo, proporcionando un entendimiento de las áreas del cerebro implicadas en esta importante función mental.
Si os interesa leer más detalladamente el artículo aquí os dejo el pdf.
‘Frontal lobe activation during object permanence: data from near-infrared spectroscopy’.
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