IMPORTANTE
- 100% de agudeza visual o unos ojos sanos no es suficiente para tener una BUENA VISIÓN EFICAZ.
- Neurológicamente, en los 6 primeros años de vida, la visión tiene más plasticidad para aprender y ser estimulada.
- Un diagnóstico precoz de un problema visual evita problemas mayores.
- El 15-30% de los problemas de aprendizaje se deben a un problema visual no diagnosticado.
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miércoles, 9 de marzo de 2016

¿La VISIÓN en el CALENDARIO DE LAS REVISIONES PEDIÁTRICAS?

Año tras año veo con tristeza la poca importancia que se le da a la VISIÓN en los más pequeños de la casa.

En el calendario de las revisiones pediatricas, la REVISIÓN VISUAL aparece a los 4 años, y menos mal porque creo que antes aparecía a los 6 años :O

LA REVISIÓN DE LA VISIÓN EN UN BEBÉ RECIÉN NACIDO


Cuando tenemos un bebé, el pediatra o incluso el oftalmólogo pediátrico del hospital donde ha nacido, a día siguiente o a los dos días de nacer, revisa sus reflejos pupilares, la respuestsa pupilar, le mira la retina o fondo de ojo para ver si está dentro de la normalidad, si hay un estrabismo evidente o si tienen alguna infección en el ojo (tipo conjuntivitis) porque haya entrado en contacto el meconio con sus ojitos. Por precaución de hecho, SIEMPRE nada más nacer, les instilan unas gotas para prevenir infecciones oculares por este mismo motivo.  Esta revisión dura entre 5 y 10 minutos, que con un bebé tampoco puedes estar mucho más tiempo o hacer muchas más cosas.


¿LA VISIÓN EN EL CALENDARIO DE LAS REVISIONES PEDIÁTRICAS?


Después de esto, yo he visto asombrada como al llevar a mi bebé a su revisiones pediátricas en ningún momento le miraban de nuevo los ojos. NADA, ABSOLUTAMENTE NADA.

Además, el pediatra de la Seguridad Social, tienen pautado una serie de hitos que el bebé debe haber cumplido previo a cada revisión, y básicamente preguntan a los padres los primeros meses, cómo come, cantidad que come, cómo duerme, horas que duerme, si notamos que descansa, si "notamos alguna cosa"(...y le pregunta eso tanto a padres expertos como a padres novatos...), y lo que más gracia me hace, preguntan: "si se le baña todos los días, o si se le saca a pasear todos los días" ;) Imagino que será por aquello de que las rutinas son buenas para los bebés.
Si se coge algún catarro, le miran los oídos, pero tampoco le hacen ninguna prueba de audición y sólo si hay catarro si no, ni eso.

En los primeros meses lo más importante es crear unos hábitos saludables en el bebé, comprobar que el ambiente familiar y social es el adecuado, prevenir la aparición de enfermedades infecciosas mediante la vacunación y realizar una detección precoz de anomalías congénitas y de riesgos para la salud del bebé.

Esto está muy bien, pero... en 18 meses y medio que he estado llevando a mi bebé a sus revisión según el calendario vacunal, NI UNA SOLA VEZ LE HA MIRADO LOS OJOS O COMPROBADO "DE ALGUNA MANERA" CÓMO VE Y SI VE CON LOS DOS OJOS. NI SIQUIERA NOS HA HECHO NINGUNA PREGUNTA AL RESPECTO (si le llaman la atención los muñecos, si tiende a cogerlos, si detecta movimiento, si los detecta igual de rápido cuando aparecen por un lado que por el otro o por arriba,...).

Pero además, no sólo eso, a NIVEL AUDITIVO tampoco preguntan si le llama la atención los estímulos con ruido, si reacciona a ruidos fuertes o repentinos, si reacciona a los ruidos tanto si se los presentas desde un oído como desde el otro...

O incluso no preguntan si se tumba boca abajo, si levanta la cabeza, si la gira de igual forma hacia ambos lados, si intenta coger muñecos en el suelo, si se voltea hacia ambos lados por igual, si se arrastra, si manipula objetos en sus manos,... Sólo preguntan por su COORDINACIÓN MOTORA en la revisión de los 12 meses, dado que a la edad aproximada de 7-8 meses deberían empezar a gatear.  En las revisiones anteriores no preguntan nada sobre su DESARROLLO MOTOR.

Sin embargo, en la revisión de los 18 meses (la enfermera, que ni siquiera le revisa su pediatra), pregunta si ya hace garabatos... No me eché las manos a la cabeza de milagro. Me mordí la lengua y seguí con la revisión.


A menos que el bebé haya tenido una caída grande (que le revisan de nuevo retina), si desvía un ojo de forma MUY evidente, o si tiene alguna conjuntivitis, supuración o lagrimeo constante en un ojito, los padres no detectan que el bebé tiene ningún problema visual u ocular. Por tanto, como no hay pautado que le revise los ojos el pediatra ni tampoco el oftalmólogo pediatrico, no pueden exigir una revisión visual rutinaria :(

Algunos padres con antecedentes en la visión (graduación, estrabismo, ojo vago, patologías oculares, etc.) sí insisten en que el pediatra les derive cuanto antes a un oftalmólogo pediatrico que detecte o descarte algún problema visual u ocular en el bebé.

Pero si el problema no es evidente a los ojos de un padre, de una abuela o incluso de un pediatra, hasta la REVISIÓN DE LOS 4 AÑOS, que se hace también con el oftalmólogo pediátrico, no se comprueba la VISIÓN. A los 4 años miden la AGUDEZA VISUAL por primera vez, es decir, cuánto ve un niño y no se descubre antes un problema tan impotante como es el OJO VAGO o la AMBLIOPÍA. En estos casos uno de los ojos ve peor que el otro. Si uno ojo tiene buena agudeza visual, el niño no tiene la picardía de cerrar un ojo para ver cómo ve con cada uno y comparar (si esto ocurriera él mismo se quejaría de que ve mal con uno de sus ojos), cuando esto ocurreo el niño suele ser más mayor. 
Se detectaría precozmente si en las revisiones anteriores hechas por su pediatra, le comprobara simplemente su "respuesta a la oclusión", es decir, si a un bebé con ojo vago que está jugando entre sus manos con un juguete, tú le tapas el ojito bueno, (sin tocar su cara, sólo sobreponiendo sobre su ojo tu dedo gordo o algunos de tus dedos), de un manotazo te quitará tu mano; pero si le tapas el ojo malo, no habrá respuesta por su parte y seguirá jugando. Lo mismo ocurre cuando no hay ningún ojo vago y ve bien con los dos ojos, la respuestas es la misma con ambos, seguirá jugando aunque tú le tapes un ojo.

A veces incluso pasan desapercibidos estrabismos intermintentes que no se muestrasn de forma evidente las 24 horas del día, sino sólo cuando está cansado el niño o está enfermo (débil).


Esta tarde me ha llamado una madre horrorizada de la atención oftalmológica que ha recibido su hija de 4 años en la revisión rutinaria del oftalmólogo de la Seguridad Social. Le detectan por primera vez en 4 años de su vida que tiene una hipermetropía moderada y que uno de sus ojos tiene una agudeza visual del 30%, y le mandan 12 horas de parche, de las cuales muchas de ellas las tiene que hacer en el colegio... "¡¿Viendo sólo un 30%?!" Le pregunta la madre.  ¿Por qué ese castigo? Y encima la ofltamóloga pediatrica le dice que tiene que hacerlo sí o sí porque "ya van tarde" ¡¡¿Con 4 años?!! Se pregunta la madre sorprendida "¿Por qué nadie se lo ha detectado antes?" Quizás porque hasta ese momento se piensa que un niño no puede indicar lo que ve diciendo unas letras (quizás, si se las sabe) o indicar la dirección de las patitas de una "E"... Mi ahijado, con 2 años y medio, ya era capaz de indicarme lo que veía con una "E" entre sus manos. Los niños pueden dar más información de la que pensamos. Y dando cosas como estas por sentado, se detectan problemas mucho más tarde de lo que se podían haber detectado.

Y quien dice una amliopía, dice un estrabismo (o desviación ocular) o una catarata congénita que les pasa desapercibida incluso al nacer, etc.
 
Unos minutos más en cada revisión del pediatra permite detectar problemas visuales futuros importantes.

Pero peor aún es cuando algunos oftalmólogos pediátricos les dicen a los padres cuando su hijo no llega al 100% de agudeza visual con 4 años, "que puede ser normal", que el ojo no se ha desarrollado del todo o que no colabora bien por la edad y que ya lo desarollará. A la edad de 4 años, con una maduración de 4 años, un niño puede darte esa información perfectamente. Y de hecho, SI NO ALCANZA EL 100%, POSIBLEMENTE ESTEMOS ANTE UN OJO VAGO, Y DEJAR PASAR EL TIEMPO NO ES LA MEJOR SOLUCIÓN. Cuanto antes le demos una ayuda más lo agradecerá el niño.



IMPORTANCIA DE LA VISIÓN EN LAS REVISIONES SEGÚN CRECE EL NIÑO


En el calendario de las revisiones pediatricas, no le corresponde a un niño sano otra revisión visual hasta los 8 años.

El paso de Educación Infantil a Primaria  A LOS 6 AÑOS, supone un fuerte cambio a nivel visual. La demanda visual aumenta considerablemente al introducir de forma constante la lectura y la escritura en sus tareas diarias.

Todas las habilidades visuales (agudeza visual, movimientos oculares, enfoque o acomodación, flexibilidad acomodativa, convergencia, divergencia, visión tridimensional,...), habilidades perceptuales, lateralidad,... TODO debe haberse desarrollado con normalidad a los 6 años para que el niño pueda hacer frente a la demanda escolar de Primaria sin manifestar dificultades o problemas de aprendizaje.

A ESTA EDAD MÁS QUE A NINGUNA, ES NECESARIO HACERLE TANTO UNA EVALUACIÓN OFTALMOLOGICA COMO UNA EVALUACIÓN OPTOMÉTRICA. Ambas evaluaciones visuales son diferentes y complementarias. Juntas nos dan una información completa de cómo está y se ha desarrollado su VISIÓN.

Si la revisión oftalmológica no está en el calendario de las revisiones pediátricas a los 6 años, les recomiendo a los padres que tengan niños que en el curso que viene vayan a comenzar Primaria, que les vayan pidiendo cita tanto a los oftalmólogos como a los optometristas para verificar que todo esté bien y preparado visualmente para empezar bien el curso que viene y si no, empezar a tomar medidas para ayudarle. ¿A qué esperas? ;)


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miércoles, 2 de marzo de 2016

LATERALIDAD IV: Análisis, señales y tratamiento

ANÁLISIS DE LA LATERALIDAD

Cuando evaluamos "la lateralidad" , evaluamos TODO el proceso de lateralización, para comprobar cómo se ha podido desarrollar a nivel funcional el cerebro y LO MÁS IMPORTANTE, DÓNDE SE PRODUJO EL PROBLEMA y por tanto, "dónde y cuándo se salió de camino correcto".



Por tanto, lo primero que hacemos es comprobar TODO EL DESARROLLO MOTOR GRUESO del niño. Si ha pasado por todas las etapas motoras gruesas, y si están automatizadas (el cerebro "no piensa" cómo hace esos movimientos). Gracias a esto comprobamos si cada hemisferio ha madurado correctamente y si el cuerpo calloso es fuerte.


En segundo lugar, comprobamos la preferencia de ojo, mano, oído, y pie. 
Debido a la influencia ambiental en el desarrollo de la preferencia por  un lado u otro del cuerpo, y lo que pueden afectar los aprendizajes sociales, tenemos todo en cuenta en la evaluación, buscando que el niño muestre sus respuestas de forma espontánea y sin saber lo que realmente buscamos ver en sus acciones. Sus respuestas viscerales son las que más van a reflejar su preferencia (con que mano se suena los mocos, con qué mano saluda, con qué mano se rasca... qué ojo prefiere guiñar, en qué oído se coloca el teléfono, sobre qué pie empieza a andar después de estar parado en una escalera mecánica....).

Con esta evaluación comprobamos si está practicamente lateralizado de un mismo lado en todas sus vías sensoriales (vista, audición y mano) y motoras (mano y pie). Destaco que NUNCA se espera un 100% de respuestas del mismo lado.

En esta fase de la evaluación comprobamos si:
  1. Está definida la preferencia por un lado del cuerpo. Si muestra en cada acción que utiliza un lado diferente, estamos ante una LATERALIDAD NO DEFINIDA: En consecuencia para cada acción emplea un hemisferio cerebral para procesar la información y responder. Por tanto, no hay un hemisferio dominante y otro suddominante. Las funciones de cada uno no están claras y el cerebro no está bien organizado. Destaco que hay AMBIDIESTROS o AMBIZURDOS que están totalmente adaptados, tienen un cuerpo calloso muy potente y suplen así esta situación que en teoría, es perjudicial para el aprendizaje.

  2. Dicha preferencia es cruzada de mano y ojo o de mano y oído. Si es así, estamos ante una LATERALIDAD CRUZADA: Implica un cruce de información entre ambos hemisferios para cada cosa que hace empleando la visión o la audición junto con las manos. Lo que ve u oye lo procesa un hemisferio y lo que ejecuta con sus manos el otro. Esta información requiere un camino más largo, su respuesta es más lenta e incluso puede ser erronea si el cuerpo calloso no es suficientemente fuerte para no perder parte de esa información visual o auditiva.
    La lateralidad cruzada de mano y pie no influye en el aprendizaje salvo que nos indica que no está lateralizado del todo (no muestra una preferencia clara por un lado del cuerpo) y tampoco van a afectar al aprendizaje las lateralidades cruzadas de ojo y pie o de oído y pie (salvo que el niño quiera ser de mayor deportista profesional, aunque según dicen, los deportistas con lateralidad cruzada son los más eficientes porque emplean los dos hemisferios). 

  3. La preferencia es del mismo lado en la mayoría de sus respuestas. Si es así, estamos ante en una LATERALIDAD HOMOGÉNEA.: En este caso tenemos un hemisferio con las funciones de dominante y otro con las funciones de subdomiante. A nivel de aprendizaje esta situación es la más eficiente porque muestra unos hemisferios más organizados en sus funciones que el niño plasma en su lectura y su escritura, en su orden al vestirse o al ordenar su habitación o en sus tareas, a la hora de estudiar o de organizar su tiempo, etc.
Una vez comprobado el tipo de lateralidad que ha desarrollado, evaluamos el desarrollo del cuerpo calloso. Para ello nos basamos en:

  1. La respuesta de una prueba bimanual.
  2. En la eficacia de la visión binocular que mostró en la evaluación visual optométrica previa.
  3. Y en las respuestas obtenidas al comprobar la etapa contralateral en la evaluación de la "secuencia evolutiva motora gruesa" antes comentada.
En cuarto lugar, comprobamos si tiene clara SU LATERALIDAD, es decir si conoce cuál es su izquierda y su derecha en él mismo. Y después si sabe indicarlo en otra persona, para saber si tiene clara LA DIRECCIONALIDAD (la orientación espacial de lo que le rodea teniéndose a sí mismo como punto de referencia en el espacio). Esto le permitirá dar mejor respuesta en la última parte de esta evaluación:

La comprobación de si comete inversiones visuales. Si no conoce cuál es su lado derecho o izquierdo o no sabe orientar las cosas, las letras o los números los escribirá al revés, cambiará el orden las letras en una palabra o de los números en una cifra, o de las operaciones matemáticas, o de las palabras en una frase o de la secuencia de una historia o los pasos de un problema,... mostrará falsas señales de DISLEXIA.


SEÑALES DE UN PROBLEMA DE LATERALIDAD

Un niño que presenta problemas en el desarrollo de alguna de las etapas de la lateralización puede mostrar:

  • Problemas visuales (ineficacia o mal desarrollo de alguna habilidad monocular o de la visión binocular)
  • Desorden
  • Desorganización
  • Procesamiento lento ante lo que ve u oye
  • Respuesta lenta o incorrecta (bloqueos)
  • Mala coordinación en sus movimientos gruesos (deportes o juegos) o finos (manualidades...)
  • Mal equilibrio
  • Problemas de lectura
  • Problemas de escritura
  • Dibujos y escritura sucia
  • Torpeza o incapacidad para aprender a atarse los cordones de los zapatos
  • No utiliza una mano como apoyo al escribir o dibujar, la esconde bajo la mesa o apoya su cabeza sobre ella
  • Dificultad en matemáticas
  • Dificultad para captar ritmos o para seguirlos (malos en música o bailando)
  • Dificultad en aprender los conceptos de tiempo y espacio (se les pasa el tiempo volando y no les cunde o se les hace eterno y están todo el tiempo preguntando cuándo va a ocurrir algo o cuándo acaban...; no estructuran su tiempo para hacer diferentes tareas, no organizan su espacio en el papel para escribir o para hacer una suma de varias cifras lo hace descolocado, no se situan en una calle conocida, no saben llegar solos a casa porque se perderían...)

TRATAMIENTO DE LAS DISFUNCIONES DEL PROCESO






La TERAPIA NEUROFUNCIONAL O DE LATERALIDAD, empieza a trabajar desde la parte de todo el proceso donde se quedó estancado en su desarrollo natural o dicho de otra manera, desde donde se salió de su camino correcto. Y desde ahí se le proporciona la estimulación que necesite para acabar el proceso bien.

No todos los niños (o adultos) que no están bien lateralizados, que son ambidiestros o que tienen una lateralidad cruzada, tienen dificultades en su vida o en su aprendizaje (o en su trabajo). Estos niños (o adultos) preferimos no tocarlos. ¡¡Si no tienen problemas para qué tocarlos!! Pueden ser inteligentes ingenieros, abogados o médicos y no manifestar nunca ningún problema.

Sólo cuando un niño tiene problemas de aprendizaje (de lectura, de escritura, de matemáticas, de coordinación gruesa o fina,...), retraso en el desarrollo general o le afecta a su conducta, autoestima o relaciones sociales, es cuando intervenimos para ayudarles a que todo les sea más fácil, como debió ser de forma natural.

Con esta terapia estos niños se hacen más coordinados en sus movimientos gruesos y finos, mejoran su equilibrio, mejoran la coordinación entre ambos ojos, mejora el procesamiento de la información que reciben, dan respuestas certeras más rápido, son más eficientes en general, mejora la escritura y la lectura, mejora su lógica, son más rápidos haciendo sus tareas, etc.


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LATERALIDAD II: Proceso de latarelidad o latearlización y su relación con el desarrollo de la visión
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