Mientras dormimos, nuestro cuerpo descansa, pero no nuestro cerebro.Un equipo de científicos de la Universidad de Pennsylvania, en EEUU, descubrió que la mejor manera de almacenar información en el cerebro es dormir un par de horas después de aprender algo nuevo.
Esto deberíamos contárselo a los estudiantes que actualmente pasan horas y horas estudiando, para dar el último empujón del curso, y que no duermen lo suficiente las noches anteriores a los exámenes.
Cuando aprendemos algo, se producen unas conexiones neuronales en diferentes áreas del cerebro, sobre todo en una llamada
HIPOCAMPO, responsable del aprendizaje y de la memoria a corto plazo. Pero para convertir esta memoria en una a largo plazo, es necesario que estas conexiones se refuercen. Y para que esto ocurra el sueño juega un papel “reorganizador” muy importante.
Cuando dormimos se observa una actividad eléctrica en el cerebro que genera 2 tipos de ondas con distinta velocidad. Por una lado, unas ondas lentas que dominan en las primeras horas de sueño y es lo que llamamos el “sueño profundo”. Y por otro lado, unas ondas rápidas y desorganizadas que se intercalan en las ondas lentas, y se caracterizan porque debajo de los párpados se puede observar cómo los ojos se mueven rítmica y rápidamente de lado a lado. Esto se llama sueño REM (Rapid Eye Movement) y coinciden con el momento en el que soñamos.
Cuando nos encontramos en el ciclo de “sueño profundo” y por cualquier motivo, nos despertamos bruscamente, tardamos mucho más en reaccionar y estamos como atontados, porque nuestro cerebro está “concentrado” en fijar el aprendizaje que hemos adquirido durante el día.
La
sofrología es una disciplina científica que aprovecha los estados crepusculares de la conciencia (al despertar y al dormir), para influir directamente sobre el inconsciente, de forma que el primer pensamiento de la mañana tiende a quedarse en la mente todo el día; y lo mismo ocurre cuando nos vamos a dormir por la noche, que el último pensamiento tiende a quedarse “dando vueltas en nuestra cabeza” durante todo el sueño.
En una investigación con humanos se descubrió que, en un experimento en el que debían aprender ciertas tareas, las áreas cerebrales que se activaban cuando dormían y cuando no, eran diferentes. De forma que tras dormir, las personas eran capaces de reproducir mejor lo aprendido.
Matthew Walker del
Beth Israel Deaconess Medical Center explicaba que el
CEREBELO (uno de los centros motores del cerebro que controlan el movimiento corporal, el equilibrio, la velocidad o la precisión cuando estamos despiertos) está muy activo durante el sueño; y que otras áreas del cerebro implicadas en las emociones (estrés o ansiedad) (
AMIGADALA Y CORTEX PREFRONTAL) tienen una actividad menor. Por tanto, “
es como si al dormir «estuviésemos cambiando de sitio lo aprendido para almacenarlo en regiones más seguras, y que al sacarlo pudiera ser practicado mejor y con menos ansiedad». El resultado es que este tipo de tareas se vuelven más automatizadas y para ser realizadas requieren el uso de menos regiones conscientes del cerebro"(
en esto se basa la TERAPIA VISUAL, en automatizar tareas visuales que ya debían de estar automatizadas y que realizandose de forma inconsciente requieren menos esfuerzo).
Esto explicaría el motivo por el cual los niños y sobre todo los más pequeños necesitan dormir tanto:
«El sueño parece jugar un papel clave en el desarrollo humano», dice Walker.
«A los 12 meses los niños están en un estado casi constante de aprendizaje motor, coordinando sus extremidades y dedos en infinidad de rutinas. Tienen muchísimo que consolidar, y por tanto, este intenso período de aprendizaje necesita mucho sueño».
Los niños normalmente no tienen problema de sueño, pero sí está comprobado que aquellos que no descansan bien por la noche y están inquietos y alterados, manifiestan más problemas en el aprendizaje.
Por esto, a veces se recomienda no olvidar examinar el sueño en aquellos niños con dificultades para aprender.En conclusión, a cualquier edad, incluso en edad adulta, se producen conexiones nuevas en nuestro cerebro, debido a su gran plasticidad, y el sueño favorece el asentamiento de dicho aprendizaje.
Más datosSueño y aprendizaje LIBRO:
Un mundo feliz. Novela de Aldoux Huxley 1983. Edit. Época, MéxicoEn el libro, el autor narra cómo mediante la
hipnopedia llevada a cabo en los individuos cuando aún son bebés, la información que se les da para aprender, es diferente según el lugar que ocuparán dentro de la pirámide social. Asusta un poco, verdad?
La novela es ciencia ficción, pero lo que asusta es que sus bases actualmente no se encuentran tan lejos de las investigaciones científicas realizadas entre el sueño y el aprendizaje...